Para el Proyecto Lazos, el Día de la Tierra comenzó por el Este de la Bahía de la Habana, cuando el sábado 20 de abril, un grupo de vecinos amanecieron sembrando uvas caletas en las costas de Cojímar, como parte de las acciones para el rescate y la conservación de la biodiversidad de su zona y la protección de la línea costera, a lo que sumaron la limpieza de las zonas aledañas al Proyecto Azul Marino, donde los desechos opacaban el verdor y la belleza del lugar.
Luego de dos días, con los niños y niñas de las escuelas del Reparto Camilo Cienfuegos, se realizaron también bellas iniciativas en los matutinos y en las sesiones docentes, en un llamado a la conciencia para cuidar la Tierra. A su vez, algunos abuelos y abuelas recordaron la fecha, en el círculo de abuelos Camilo Cienfuegos, y otros, en representación de la Cátedra del Adulto Mayor, compartieron con los más pequeños en sus aulas.
El grupo SOS Cachón, de la Secundaria Básica Abdala, de Cojímar, y perteneciente a la Iniciativa Mi Escuela Verde, realizó una siembra de árboles, como contribución a la ampliación y la diversificación de frutales, en el huerto de la Residencia para Profesores Brisas del Este, oportunidad en la que sumaron como aliados a Ramiro Chávez, biólogo y miembro del Proyecto "Azul Marino” y Wilber Villavicencio, director de la propia Residencia, quien agradeció al grupo de adolescentes por su contribución en un día tan señalado.
Por el Sur de la Bahía, los gestores del Campamento Multiaventuras, hicieron de la fecha un día de encuentro con la flora y la fauna, en visita al Jardín Botánico Nacional, oportunidad para que los niños y niñas adquirieran conocimientos de primera mano, a la vez que disfrutaban de un tiempo de recreación sana.
En el Oeste, en el Centro de Gestión Comunitaria (CGC) de Colón, en Centro Habana, se dedicó tiempo a la Tierra. Jóvenes estudiantes de medicina y trabajadores del policlínico Luis Galván, realizaron una siembra de frutales y hortalizas y una degustación de alimentos sanos, en alianza entre la iniciativa De la maceta a la mesa y la Escuela de Turismo de La Habana Vieja, en el paseo del Prado Habanero. Y para mejor, actores sociales de ese Consejo Popular, en respaldo a la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional y en saludo a la jordana de la Victoria de Girón, comenzaron la preparación de un huerto comunitario.
El CGC de La Habana Vieja, en el Proyecto de Desarrollo Local La Labranza, unió a niños y niñas de la escuelas primarias Emilio Núñez y Quintín Banderas, de la barriada de Jesús María, y a colaboradores de su grupo gestor para concientizar sobre la incidencia de la actividad humana en el deterioro de la Tierra y su biodiversidad, para “alimentar” la tierra con semillas de hortalizas, para ampliar sus conocimientos sobre éstas y para conocer de primera mano los productos cosechados en el propio Proyecto, en una exposición preparada para la ocasión.
Y el día 25, en el Centro a+ Espacios Adolescentes, Mi escuela verde reunió a adolescentes de las secundarias básicas José Martí, Benito Juárez y Jorge Arturo Vilaboy, para estimular más el cuidado de la Tierra, desde la vocación de disminuir la contaminación por desechos sólidos, una de las problemáticas ambientales más sentidas por ellos y ellas. A partir de lo cual, pudieron extraer aprendizajes y conocer acerca de los PDL La Mina e InSurGentes y la empresa Ciclo Eco Papel, emprendimientos de la comunidad que centran su trabajo en el reciclaje de plásticos, madera y papel, respectivamente; así como exponer ideas para proyectos ecológicos en relación con estos materiales, de posible aplicación en sus propios centros docentes.